EN PIE

NOS VAMOS DE VIAJE HACIA EL NOSOTROS

UN LUGAR PARA HABLAR

LA SALITA PÚBLICA

Ha pasado el tiempo y nuestro tiempo nos pide acción.

Todo empieza con una conversación interior de uno consigo mismo que pide salir fuera y encontrarse con un amigo, con alguien que le entienda.

Las palabras no piden más que ser escuchadas

no solo en nuestros laberintos personales, piden ser comunes, compartidas, dialogadas, puestas en el filo de otra mente. Eso es lo que pasó, eso es lo que nos pasó.

Pedimos encontrarnos,

y nos buscamos. El 2 se hizo 3 y 4 y 5 y 6 … el individuo se hizo colectivo, y el círculo se convirtió en espiral de crecimiento. Así sucedió. No pusimos por delante ni programa ni cronograma ni monograma. Nada.

Solo teníamos en la cabeza que la acción individual se transformase en colectiva, que los instrumentos, por una puta vez, fueran útiles, reales, que estábamos hartos de palabras estériles. Intuíamos que la Belleza de un Acto era capaz de narrar toda nuestra historia, traducir nuestros pensamientos a realidad.

La Belleza… nos dijimos. Pasó el tiempo. Y con el tiempo surgieron las ideas que crecían. La Belleza, el arte como transformador, el empoderamiento de un persona, habitación, piso, edificio, calle, barrio, ciudad… A veces tras una conversación nos callábamos durante días o semanas.

Después volvían a surgir las palabras urgentes, llenas de significado que creíamos y creemos que son como Azadas para cultivar, como Hoces para segar, como Acequias para regar…

Nacieron ideas que murieron como luciérnagas y fueron sustituidas por otras. Las voces de los otros, de Javier González, Bea Pellizzari, Estefanía Rodero, Rocío Nogales se confundieron con las nuestras y todos fuimos formando un único cuerpo.

Ahora nos vamos de viaje hacia la calle.

Iniciamos una aventura y un descubrimiento, una idea para ser y estar: UN LUGAR PARA HABLAR, UNA SALITA PÚBLICA.

Y allí nos podréis encontrar, en la calle, con los que viven.

Será una salita destartalada, extraordinaria o demodé y a la semana que siguiente será una salita de los 50, extraña o conceptual… pero siempre habrá una silla para que te sientes a hablar de lo que te preocupa, de cómo cambiarlo, de cómo podemos cambiarlo, de que herramientas o estrategias podemos poner en acción.

Pero no sólo. Podrás sentarte a tomar un café o un carajillo para ser escuchado, para hablar con alguien al que sí que importas. Y semana tras semana, tarde tras tarde de una situación extraña y desconcertante se transformará en un sedimento, en un humus que hará crecer tu derecho a ser feliz y vivir una vida digna. Y por eso estaremos allí. Para oírte decir como vamos hacerlo realidad.

Nos vamos de viaje hacia los otros,

hacia el Nosotros desde los Yos. Creemos que puede ser una aventura apasionante, llena de giros inesperados y de finales felices. Y en esta aventura nos encontraremos con nosotros mismos en la acción.

Era un tiempo donde todo fue posible, un tiempo del pensamiento-acción.

Y ¿cuál es el final?

Ni lo sabemos ni nos preocupa, lo que si sabemos es que sin viaje no hay conocimiento, sin aventura no hay crecimiento, sin acción no hay cambio.

Y que un problema es un paso previo a una solución.

Nos vemos en la calle